miércoles, noviembre 05, 2008

Estética del desaliento

Ya que no podemos extraer belleza de la vida, busquemos al menos extraer belleza de no poder extraer belleza de la vida. Hagamos de nuestro fracaso una victoria, algo positivo y erguido, con columnas, majestad y aquiescencia espiritual.
Si la vida [no] nos ha dado más que una celda de reclusión, hagamos por ornamentarla, aunque más no sea, con las sombras de nuestros sueños, diseños y colores /mezclados/, esculpiendo nuestro olvido bajo la quieta exterioridad de los muros.
Como todo soñador, siempre he sentido que mi oficio era crear. Como nunca he sabido hacer un esfuerzo o activar una intención, crear me ha coincidido siempre con soñar, querer o desear; y hacer gestos, con soñar los gestos que desearía poder hacer.

Fernando Pessoa. Libro del desasosiego.

3 comentarios:

Fernando Alcalá dijo...

Una de las partes que a mí también más me ha gustado ;)

Anónimo dijo...

Sepan ustedes que no hay que ser creador de profesión para crear...No, miren a Dios, creó el mundo con sus defectos, sus monstruos y sus rincones amados...y hasta le dio tiempo a descansar. Y eso, sin ser ése su oficio.
Creemos, pues, de la nada lo sublime, como aquella pequeña artista que se esconde hoy en mi castillo de cartón. Hagamos de cada día el último y soñemos, sí, que será lo único que no podrán robarnos nunca...

Abudongas dijo...

Espero que hayas pasado un bonito fin de semana, compañero de fatigas...
Y que la magia del Cabo se metiera en los tuétanos de tus huesos hasta la próxima vez que lo conquistes.
Hoy me quedaré sin pincho.