Mientras la cultura se fijaba como meta la formación de la persona, la elevación y la mejora del género humano, la cultura de masas se desentiende radicalmente de este ideal de perfeccionamiento en nombre del hedonismo individualista y la distracción generalizada. De ahí la pregunta que suscita: ¿qué mundo se avecina? ¿Qué clase de ser humano producirá esta civilización?
Leído en La cultura-mundo: respuesta a una sociedad desorientada de Gilles Lipovetsky y Jean Serroy.
Leído en La cultura-mundo: respuesta a una sociedad desorientada de Gilles Lipovetsky y Jean Serroy.
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